Integración visuo-motora


¿Sabías que la integración de integración visual motora puede ayudar a tu hijos a tener mucho mas control de su cuerpo?

La suma de lo que recibes y como lo gestionas se convierte en como actúas

Uno de los aspectos más importantes en los procesos de desarrollo y aprendizaje es la motricidad: movimiento y aprendizaje tienen una interacción constante.

Conforme el niño va adquiriendo y dominante comportamientos motores, cada vez de mayor complejidad, desarrolla coordinación y control motor y empieza a utilizar simultáneamente varias partes del cuerpo.

Un buen desarrollo motor es necesario para que el niño realice actividades como reptar, gatear, caminar, saltar, correr, nadar, escribir … en los casos que no sea así, la integración visual motora puede ser de gran ayuda.

Este proceso de maduración del cerebro le lleva al niño sus 6 primeros años de vida.

El cerebro va madurando con cada expreriencia que tiene el niño, con cada movimiento que hace, con cada cosa que coge, cada cosa que ve, cada cosa que escucha sirve para que el cerebro vaya creando nuevas conexiones neuronales.

Para que esto ocurra tiene que pasar por todas y cada una de las etapas motrices cómo hacer la croqueta en ambos sentido, arrastre, gateo, caminar, saltar, correr, etc.

Cada experiencia permite ir perfeccionando el movimiento del niño y le permite ir conociendo mejor su cuerpo, sus límites y lo que puede conseguir o no.

Debemos darle la oportunidad a ambos hemisferios que maduren en igualdad y que luego puedan comunicarse entre ellos para que la información de procesamiento de lo que ve, escucha, toca, siente, etc., sea procesada de forma automática, efectiva y rápida.


Si la preferencia por una mano, pie, ojo y oído no coincide o no acaba de establecerse pasados ​​los 6 años, esto indica falta de madurez en la organización neurofuncional. Su hemisferios cerebrales no tiene claras sus funciones y muestra desorden en sus tareas y vida diaria. Esto además afecta a la lectura y la escritura.

El proceso final de la lateralización concluye con el conocimiento de su derecha e izquierda (Lateralidad) y que sepa llevarlo a las cosas que le rodea (Direccionalidad).

Si esto no lo tiene claro, no sabrá orientar las letras, o los números, ni ordenarlos respectivamente en las palabras o en las cifras, o las palabras en una frase, ni las cifras en una operación matemática.

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