Laia Renau


Cuando empecé a ver el mundo en 3D, todo empezó a ir mejor.
Había sido visitada muchas veces por diferentes profesionales de la salud, ya que tenía mucha sintomatología, desde mareos y vértigos, inestabilidad, ansiedad, migrañas tener que estár una semana en la cama … no era consciente y veía el mundo plano. Tenía un problema de anestereopsia, mi cerebro forzaba mucho para intentar ver con los dos ojos, pero debido a que mi cerebro no lo sabía hacer, acababa con muy mal estar cada día.
Desde que empecé a llevar las nuevas gafas que permitían que todo funcionase mejor, y empecé a integrar los reflejos primitivos, las cosas se fueron metiendo en su sitio.
A día de hoy puedo tener una vida normal.